Los próximos diputados priistas de Coahuila deben configurarse a la ideología del gobernador Manolo Jiménez

Para el fin de este año 2024, del que le resta alrededor de dos meses, la actividad gubernamental seguramente la terminaremos en forma activa mientras que en materia política ciertamente será un transcurrir sereno. Sin embargo en los primeros meses del 2025 se empezarán a definir perfiles legislativos que saltarán sobre la palestra y luego definir los escogidos para que formen parte de lo que será el nuevo Congreso del Estado que acompañará al Ejecutivo del Estado en el último tramo de su periodo.

Para las elecciones intermedias del 2026 de los congresistas coahuilenses pronto empezará a visualizarse mediante un proyecto en el cual, por exclusión, se escogerán los candidatos del PRI que contenderán por las curules, validados según las querencias entre las masas populares, pues siendo así será lógico que su competición sea aceptada, de lo contrario los encaminarían al degolladero con el posible triunfo de la oposición.

Por parte del PRI, las derrotas que ha sufrido en todos los niveles en la vida política de nuestro país, se deben en gran parte a que ha carecido de una cohesión interna y con candidatos que muchas veces no han logrado identificación con el pueblo, solo con la cúpula, asimismo haciendo valer la influencia de fuerzas de resentidos que han dado lugar a la formación de grupos dentro del mismo partido que han contribuido al desgajamiento de la otrora hegemonía, y que por esos descuidos ha logrado ponerla en charola de plata de la que Morena se ha beneficiado.

Es fortaleciéndolo al abonarle directrices que promuevan una homogeneidad de pensamientos basados en su doctrina, de igual manera dando cabida a militantes potenciales con conocimiento de los entretelones de la política partidista y si no los tienen, los acontecimientos, con asesorías sobre el tema, también es importante que los presuntos observen preparaciones académicas mínimas, igualmente que demuestren una honradez sin mancha, de manera que no sean susceptibles de desenmascararlos o simplemente que no les otorguen el voto, tener una independencia real que dé prueba de una sana distancia con los poderes políticos y fácticos, sobre todo estos últimos ya que reúnen fuerzas que podrían cambiar rutas de beneficio social.

El PRI no debe soslayar resistencias de grupos de simpatizantes a su instituto político, sino convencerlos, pues no solo pueden ser votos en su contra sino influir en grupos sociales hacia la aceptación de otros partidos.

El trabajo del legislador es la ordenación de la sociedad, es decir, una labor que dé sentido de justicia mediante la creación de leyes, además de ser un contrapeso que equilibre las decisiones del Poder Ejecutivo y no estar solo a su servicio de manera que no les dé lugar a pertenecer al grupo de lacayos por más que quieran disipar su translucidez.

El Congreso se pierde por parte del PRI, la próxima gubernatura puede estar en peligro, sobre todo en esta época en que Morena está poniendo las reglas del juego para devorar todo el pastel.

El trabajo tendrá que ser arduo y sin miramientos, pues se trata de presentar ante los votantes candidatos íntegros identificados con las mayorías salidos de un partido unido con convicciones políticas comunes mediante la cohesión de todos sus miembros que luchen a su favor.

Mientras disfrutemos las fiestas de la navidad y del año nuevo y dentro de los primeros meses del siguiente año, divisar el horizonte y escudriñar la lista de los posibles que puedan conformar lo que será una plataforma que dé paso a la salida del gobernador con todo lo que, hasta esa fecha, conlleve.

You must be logged in to post a comment Login