El pasado 25 de septiembre el Museo del Desierto anunció el descubrimiento del primer tiranosaurio en Coahuila y se llama “Lobacania Aguillonae”. Lobacania por la especie a la que pertenece y Aguillonae en honor a la paleontóloga que lo encontró.
La paleontóloga Martha Aguillón tiene 40 años de experiencia. 40 años de salir a campo, de recolectar piezas, limpiarlas, catalogarlas, estudiarlas. Aunque lo justo sería sumar un par de décadas más, pues estas exploraciones iniciaron en su niñez.
Cuenta que cuando era niña, en su casa, en la comunidad de Los Encinos y abrumaba a su padre, él la mandaba al campo. “Vayan a jugar. Vayan a buscar caracoles”, les decía para tener un poco de tranquilidad en casa.
Martha salía y buscaba caracoles. Le llamaba la atención la forma, pero le intrigaba por qué unos se rompían y otros no. Al preguntarle a su papá este no tenía una respuesta. Años más tarde, mientras estudiaba en la Normal Superior le pidieron salir a recolectar minerales.
Entre las 30 piezas que recolectaron llevaban un diente de tiburón, pero ella desconocía que lo era. Al preguntarle a su maestro y no encontrar respuesta le dijo “es un capricho de la naturaleza”.
Tiempo después, al encontrar a un vendedor ambulante en la calle de victoria, vió una pieza similar en un collar y fue él quien le dijo que se trataba de un diente de tiburón.
La respuesta abrió una cascada de preguntas que la llevó a estudiar sobre el tema y fue cuando descubrió que hace millones de años Coahuila había sido un mar.
Así fue como Martha Carolina Aguilllón iba sin prisa, pero con mucha curiosidad descubriendo sobre el pasado de Coahuila. Esto le permitió asistir a excavaciones.
“Se me desató la curiosidad y recuerdo que vinieron maestros de la UNAM. Nos invitaron a participar en el rescate de un dinosaurio en San Antonio… para mí fue un shock”, dijo.
Martha Carolina fue la primera. Estuvo 3 meses en Colorado con la Institución Dynamotion International Association. El paleontólogo radicado en Colorado, James Kirkland, fue quien le ofreció estudiar paleontología formalmente en Texas.
Ella aceptó y desde entonces no solo ha sumado años de experiencia, sino de descubrimientos que han fascinado a los coahuilenses y han dado la vuelta al mundo.
La incansable Matha y decenas de compañeros han salido a campo en búsqueda de pistas, de huesos que les ayuden a entender cómo era el ecosistema de Coahuila hace 75 millones de años.
En estas expediciones han encontrado fósiles de plantas y huesos de dinosaurios herbívoros. En estos hallazgos se tenían pistas que los dinosaurios herbívoros habían sido devorados. Y aunque se sabía que había dinosaurios carnívoros, no se tenía la evidencia.
En una excursión realizada en la formación Cerro del Pueblo, Martha encontró un hueso frontal del animal al que ella llamaba “el Ahuitzotl,”. Al mostrárselo al Doctor Héctor Rivera se inició una investigación en conjunto con el Doctor Nick Longrinch, de la Universidad de Bach en Inglaterra. Esto dio como resultado el hallazgo del primer dinosaurio carnívoro en Coahuila que se estima vivió aquí hace 72 millones de años.
Sí viví tiempos muy complicados en que no se reconocía mi trabajo. Incluso decían que ni había estudiado y que ni siquiera me había graduado y yo nada más escuchaba. Fueron tiempos muy dolorosos, tiempos de compañeros que trabajando juntos se fueron con otro equipo.
En el campo también tuve problemas, simplemente en las rancherías para pedir permiso, a veces los señores, no querían hablar conmigo por ser mujer y pedían hablar con algún compañero.
Ahorita ya afortunadamente hay mucha aceptación del género femenino en la ciencia. Y gracias a Dios tengo mucho apoyo de mis compañeros y mucho respeto.
El evento fue en realidad para dar a conocer el resultado de una investigación y de los trabajos que se hacen explorando el campo. Desde mucho tiempo atrás habíamos encontrado dientes aislados de un dinosaurio carnívoro. Al comparar este material con Estados Unidos y Canadá supimos que era un dinosaurio muy, muy grande.
Teníamos la certeza de que era algo nuevo, algo diferente, porque la formación Cerró del Pueblo es una página que complementa la historia de los dinosaurios en Norteamérica. Nosotros tenemos dos páginas que es la formación Cerro del Pueblo y la formación Cañón del Tule, pero apenas se está explorando.
Al reportar los dientes a nivel científico dijimos, Coahuila tiene a la familia de los tiranosaurios basado en los dientes’. Porque los dientes de un dinosaurio carnívoro o de un tiranosaurio son como un cuchillo y esos ventrículos se pueden medir en milímetros. Esa característica es muy útil para encasillar a un dinosaurio en una familia. Pero faltaban los huesos.
Estábamos a la caza del gran tirano, todo el mundo. Era como un sueño guajiro, muy guajiro.
Fue un proceso muy bonito y a la vez muy frustrante porque uno desea encontrar cosas completísimas como en otras partes, pero la paleontología así es de injusta.
También ves la ciencia, que con un conocimiento más avanzado y con la nueva tecnología, y la nueva visión permitieron que este ejemplar se pudiera estudiar.
Este es un descubrimiento muy importante y le ha dado la vuelta al mundo. Se confirma que teníamos un gran tirano en México. Esa es la belleza de la ciencia.
Como seres humanos somos muy egoístas, pensamos siempre nada más en nosotros. Y hay algo que no tomas en cuenta, que mientras estás tú aquí sentada, el planeta está cambiando.
Sabemos que tenemos muchos temblores a diario. Algo está pasando en el núcleo de la Tierra, porque en esta época siempre tenemos temblores. Se están formando nuevas placas tectónicas en un lado y en el otro se están destruyendo.
Entonces, todo está en constante cambio y estamos interrelacionados. Porque en el tiempo de los dinosaurios teníamos un mar interior, y en ese mar interior nosotros vivíamos en la costa, básicamente cerca de la playa del Cretácico.
Pues que en el océano Atlántico empezó a salir el magma del centro de la Tierra. Sale, se enfría, se hunde y es ahí cuando el agua se mete en esa Cuenca y se forma el Golfo de México, y se pierde el mar que existía en todo Norteamérica y México.
Entonces perdimos todo ese hábitat, todos esos animales que vivían en la costa. Eso se perdió por completo.
Es una analogía a lo que estamos viviendo ahorita. Ya ves que se ha dicho que si la temperatura de nuestro planeta aumenta un grado y medio, bueno, aquí lo que va a pasar es que los polos se derriten y el agua tiende a invadir el continente. Todas las ciudades que están en la costa van a sufrir. México es pura costa.
En Saltillo vivimos en una altura muy grande por la sierra que nos protege, entonces quedamos a salvo, pero muchas ciudades van a desaparecer. Todas las de la orilla. Por ejemplo, la línea de playa va a llegar hasta Dallas. Por eso nos debe interesar.
Creo que hay que entender cómo en nuestras acciones, nuestra falta de conciencia, a veces está perjudicándonos y por supuesto a las generaciones que vienen.
Que nunca sabes a dónde te va a llevar la vida, simplemente disfrutar el camino, disfrutar lo que haces y dar tu mejor esfuerzo.
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